jueves, 1 de enero de 2015

El asedio 3

Hace horas que se combate, horas en el que el tiempo transcurre entre gritos de aguante de un bando y los de avance por el contrario, horas en los que los gruñidos y gemidos conforman la extraña sinfonía de la muerte.- El muro se agrieta por minutos señor!!!! Me gritan...-la cara norte cede ante los embistes enemigos!!!!  dice el soldado señalando con su espada en la dirección indicada. Tan solo ha apoyado su mano en mi hombro y parece que me hayan caído cien kilos encima, pero no es momento para desfallecer, su mano en contacto con mi cota de malla hace que suene un sonido metálico sordo cerca de mi oído y me saca de mis elucubraciones......
-Perdona hermano estaba pensando en otros frentes- su cara, dura como la piedra que defendemos, el casco plateado que cubre buena parte de su cabeza provocando que regueros de sudor caigan por la cara,  el cuerpo cubierto con cota de malla salpicada de sangre y trozos de carne dan fe de la intensidad de los combates.  -Le repito que el lienzo norte va a caer si no taponamos la brecha que acaban de abrir, señor.
Por un momento recuerdo las horas previas al asalto.... los tambores dieron paso al avance de la infantería, cubriendo el suelo como una marea negra, la cual avanza al encuentro de la costa, son cientas las siluetas negras que arremeten contra el muro, decenas de escalas, garfios y escaleras se posan sobre todo el perímetro y como buenos soldados, mis hombres reparten la muerte una vez las escalas están cargadas y los primeros enemigos en asomar el rostro tras las almenas son ensartados con lanzas y espadas. Las hachas se afanan cortando sogas, manos y todo aquello que al muro se asiase y las pértigas empujan las escaleras atestadas de enemigos al vacío. Todo marchaba bien, pero tras varios intentos fallidos por asaltar la muralla, los pelos de la nuca se me ponen se me erizan provocandome un escalofrio. Al sonido de tambores se le suman los onidos quedos de sus cuernos de batalla..tutuuu...tutuuu....-no pueden ser tan viles de ensartar a sus propias fuerzas con sus saetas- digo en voz baja. Me retiro unos metros para observar el asalto a lo largo de las murallas, una danza de muerte se libra en todo el perímetro, el lienzo norte lleva la peor parte donde una gran brecha es tapada a duras penas por los lanceros de primera línea apoyados por niños que combaten a daga y espada corta, agachados o en cuclillas lanzando tajos a todo aquel que intenta llegar a la línea de lanzas por la zona baja. El muro este y oeste se encuentran enfrascados en un tira y afloja de espadas cruzadas, brazos cortados a tajos por hachas, flechas lanzadas a bocajarro, piedras que caen al otro lado del muro aplastando todo cuerpo que se encuentre al pie de la muralla. Por curioso que parezca,  tan solo el portillon y la muralla sur no es víctima de las terribles embestidas, se mantiene firme tras los intentos fallidos de abrir el portón . Los gritos son incesantes, la mezcla de alaridos y gruñidos,  los cuerpos entrelazados buscando en fin de cada uno,  los escudos rotos caen al suelo junto con su último dueño víctimas de un terrible hachazo o rotas por el constante golpeo de las armas enemigas.
Tutuuu.....un toque largo de cuerno, los enemigos que se encuentran en las murallas lanzan un grito al unisono y mientras gritan en su empuje una lluvia de flechas cae a modo de torrente, ensartando por igual a atacantes y defensores. El desconcierto es enorme entre mis soldados, las órdenes de no abandonar el puesto son dadas a empujones....!!!aguantar la posición!!! No rompais la defensa!!!!
Avanzo aprisa hasta dar la orden al alférez - tan pronto como grite nuevamente el enemigo quiero que se eleven los escudos para crear un parapeto sobre las líneas. Miro por un momento su semblante y no veo en sus ojos atisbo alguno de esperanza. Lo zarandeo y parece reaccionar-!!! Pasa la orden que todo aquel que no pueda con una lanza o espada que coja un escudo y protega al compañero!!!.  El joven oficial hecha a correr hacia el muro norte para dar las órdenes,  reparto la misma orden a varios soldados los cuales corren cada uno hasta los distintos muros. El combate continua, pienso que no tardaremos en morir,  el desprecio que siente el jefe de la orda enemiga por la vida de sus hombres me hace pensar que no hay lugar para la capitulación. Miro mi estandarte en la torre del homenaje,  la bandera hondea empujada por el viento del oeste, ¿que puedo hacer?¿como puedo salvar la vida de mis hombres? No hay salida......Tutuuu..... un nuevo toque largo.....Un nuevo grito por por parte de los atacantes.....hace que vuelva mi mente, el empuje enemigo se reafirma, los hombres son ensartados por saetas negras, pero esta vez un parapeto improvisado surge sobre las cabezas defensoras. El repicar de las flechas en los escudos, los hombres cayéndo atravesados, los cuerpos apretados bajo los escudos mientras las mandíbulas se aprietan y los ojos cerrados contienen las lágrimas, todo ello se me clava en las retinas y por primera vez no veo salida. Mi mente al igual que los castigados muros que defendemos comienza a agrietarse. Un joven abandona el escudo y sale corriendo en mi dirección,  sus ojos se encuentran desorbitados,  la cota de malla le queda algo grande y parece un sonajero, lo que me da ha entender que esa cota era de un compañero  muerto, sus pasos torpes por el peso le hacen tropezar justo delante de mi. Me arrodillo a su lado apoyando una mano en su hombro-Porqué huyes soldado? Mi voz suena cálida. -Señor,  nos van a matar!!!  la voz del soldado se quiebra. Observo su cara, blanquecina cómo un cadáver, con sus ojos llorosos y la pequeña nariz, de la cual cuelga un hilo de moco, el cual el soldado sorbe mientras me mira.- Y así quieres morir?  esperas a que te ejecuten una vez termine el combate? Por que no vendes cara tu piel!! Porque no piensas en todo lo que esos miserables te han robado y los mandas al infierno!!!  hijo, piensa en tu familia, amigos, compañeros,  piensa que si tu caes aquí, si caes portando un escudo, nadie podrá decir que en este castillo lucharon unos cobardes, dirán que muy caro les salió doblegarnos!!!  el joven me mira, sorbe nuevamente el hilo de su nariz y con brillo renovado en sus ojos me responde -Los vamos a matar a todos!!! Se incorpora y parece haber crecido años en tan sólo segundos, gira sobre sus talones y sale corriendo hacia la filas de combate. Le veo alejarse levantando una ligera nube de polvo en su carrera, su decisión es total y su determinación a exterminar al invasor abrumadora......  con orgullo recoge su escudo el cual abandonó apenas unos minutos y observo como cae al suelo con una flecha que le entra por su nuca y sale por su garganta..... -Al menos no has muerto como un cobarde soldado.
El mundo gira vertiginosamente a mi alrededor, mis piernas se tambalean, me siento como una espiga medida por el viento. La brecha en el muro norte, el portillon del muro sur, la muerte en las almenas del este y el oeste pasan una y otra vez por delante de mis ojos........no hay salida.....Miro la torre del homenaje con su estandarte flameando al viento en un intento desesperado de acabar con ese torbellino que amenaza con derribarme, brecha en el norte, portillon al sur, brecha al norte, portillon al sur, norte..... Sur....norte, sur, norte, sur...... entonces veo la solución.

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