domingo, 7 de junio de 2015

Con ocho patas

Esta más que demostrado que el perro es el mejor amigo del hombre y yo por suerte cuento con dos buenos amigos, de los que siempre están a tu lado sin importar el mal día que tengas, compañeros de carreras por el monte, siempre al mi lado corretean adelante y atrás, buscando una presa que perseguir uno y una presa que marcar el otro.
Les debo mucho a mis perros, les debo las ganas de salir, les debo el ser capaz de abrirme sin temor alguno, les debo cariño incondicional, lealtad absoluta y compañía sincera, espero ser capaz de darles lo que ellos son capaces de darme a mi, con ellos he sentido el calor de la amistad que no he sentido con ningún humano, dicen que con los buenos amigos sobran las palabras para saber lo que no se dice y eso debe de ser verdad, puesto que ellos son mis silenciosos compañeros, me observan y esperan, deseosos de ser complacidos con una caricia.
Todas las amistades deben ser cuidadas, necesitan de cariño y cuidados, necesitan de sentirse queridos, necesitan de ti pero también necesitan sentirse como un perro de su raza y a veces no es fácil comprenderles, no es fácil cuando se restriegan en cosas malolientes para camuflarse, no es fácil si cogen un rastro y se pierden en mitad del monte y por más que les llames te veas avocado a esperar a que regresen jadeantes y con cara de..... Ups lo siento.
Debo decir que me encanta tener perros, que mi casa, mi familia, mis paseos y yo mismo nunca nos sentiremos solos.

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