Palabras sinceras

Hace unos días participé, lo cual fue para mi un honor, en un debate sobre vivir con la esclerosis, como ya dije en mi anterior entrada, expuse mi punto de vista sobre lo bueno de la enfermedad y es increíble la gente que tras el debate se acercó para darme animo...."deberías de ser más positivo"" hay que ver lo bueno de la vida"... Y cosas como esas me fueron comentadas entre apretones de manos.
En primer lugar quiero dar las gracias al todo aquel que se acercó al evento y soportaron estoicamente la chapa a la que fueron sometidos, gracias al público que se acercó para reconfortarme en los momentos duros que a su parecer padecía en esos momentos. Ahora bien, quiero dejar claro que el hecho de no estar conforme con algo, no necesariamente es estar amargado o estar deprimido, simplemente es no encontrarse a gusto con los acontecimientos, la vida no se puede observar desde el prisma positivo continuamente, existe el dolor y la tristeza y no por eso se es menos feliz desde el cómputo general.
Seguiré diciendo que la enfermedad es una mierda y que nada bueno me aporta, continuaré arrancandole pedazos de felicidad, legajos de sonrisas sinceras y pellizcos de amor y no por eso soy un depre.
Me suelen tachar de ser persona que sólo escribo cosas tristes, que parece que nada bueno tengo en la vida, pues bien, ¿podría escribir sobre las cosas buenas que tengo? Si por supuesto, ahora bien, me costaría un montón expresar todo lo que siento, además las cosas buenas son para decirlas al oído, palabras nacidas desde el corazón, palabras destinadas a ser susurradas, arropadas con caricias y escoltadas por besos..... Y creo que esas palabras no son hechas para perdurar en el tiempo, si no, mas bien para ser disfrutadas en el momento.
Por supuesto que doy gracias y me siento bendecido de tener una hija que me da vida, una esposa que es para mi un ángel que dios me puso en la tierra, una familia que esta para arroparme cuando el frio de la soledad me envuelve, un amigo sincero, unos hermanos de armas que están o han estado en los momentos difíciles de nuestra profesión, compañeros de equipo sin los cuales no viviría el deporte con una sonrisa, conocidos en la asociación protectora de caballos que me han hecho sentir útil, profesionales de ademna que me ayudan y me han ayudado a dar un paso adelante en la vida, profesionales sanitarios que son competentes en su trabajo y se han implicado conmigo de modo personal haciéndome sentir persona con una dolencia y no un enfermo con una enfermedad y es tratado por autómatas.
Como veis dispongo de cosas, personas y medios con los que sentirme  a gusto y tranquilo.
Os quiero y aprecio a todos.