domingo, 19 de julio de 2015

Un laberinto llamado esclerosis múltiple

El sol sale todos los días, aunque a veces nos cueste verlo....es uno de mis lemas más repetidos por mi, pero tengo la sensación de encontrarme en una noche infinita desde hace algún tiempo. Mi vida no deja de ser como un barco golpeado por las olas de la incertidumbre, en un mar de nombre destino. En poco tiempo seré padre por segunda vez y he de confesar que estoy asustado, que vuelve a envolverme la niebla de la duda, pero no el tipo de duda de no saber si quieres ser padre o si lo haré bien, dudo porque me preocupa su bienestar, no quiero ser un bulto postrado en una silla, una carga pesada para unos niños, dudo porque quiero ser su referente, su modelo a seguir, su guía y compañero.....me duele en el alma tener tinieblas en mi interior, guardo mi enfado con la vida, me colocó la máscara de la seguridad e intento ser participe en la vida de los míos, los cuales en ocasiones no son conscientes del trabajo que me cuesta simplemente estar en pie, o atendiendo sus necesidades y los niños, niños son y como tales se comportan y yo como padre que soy, he de estar a la altura de sus expectativas y me Jode mucho tener que decirle a mi princesa que me deje tranquilo un momento.
Luego está el tema del trabajo, hace poco pase tribunal médico en el cual se ha tomado la decisión se no ser apto para el puesto que ocupo, puesto que me he ganado con sudor y alguna que otra lágrima, puesto digno que llevo con orgullo y vocación,no es fácil ser sargento, pero menos fácil es fácil hacerse a la idea que serás apartado de todo aquello que amas laboralmente, que ya no seré jefe de hombres, que no tendré más momentos de unidad, unidad que nace de los momentos difíciles, en la adversidad del medio llamado montaña o en algún lugar lejano del mundo. Todo aquello que me hace sentirme orgulloso, todo lo que me hace sentirme válido ha desaparecido para siempre y todo por el capricho de una enfermedad. Además perderé mi lugar de residencia, quedando a merced de lo que decidan en un despacho y como era de esperar no tienen en cuenta que distanciaran a una familia o en el peor de los casos nos movilizarán a un lugar en el que no queremos estar.
En fin, solo son palabras escritas por alguien que se encuentra perdido en el laberinto del capricho llamado esclerosis múltiple.

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